
A ustedes que nos dejan sus inquietudes, felicitaciones, aportes, observaciones, cariños y en algunos casos amenazas en nuestra casilla de correo electrónico, queremos agradecerles.
Si nos leen desde el primer número sabrán que nuestro capital mayoritario son los $ 200 que recibimos trimestralmente (con algo de retraso por cierto en la última cuota) contraprestando lealtad. Es por ello que nos vimos forzados a suspender temporalmente nuestra habitual entrega.
De esta manera desmentimos, rotundamente, toda declaración oportunista y tendenciosa que intente señalar como causal de los saltos de edición de ¿Una buena señal?, a problemas en la Comunicación Organizacional.
Justamente, porque leemos “Una buena Señal”, sabemos lo que NO debemos hacer.
Actualmente estamos redireccionando nuestro potencial accionario. Con un stand artesanal en Plaza Dorrego, un locutorio, un rapi-pollo y el pago de $ 12 jornales a un malabarista en un concurrido semáforo de la Av. 9 de Julio, a cambio de lo recaudado a “la gorra”, estamos en condiciones de garantizar una entrega de calidad, acorde a las expectativas de nuestros lectores.
Por todo ello es que pedimos disculpas pero al mismo tiempo los invitamos a disfrutar de una buena lectura.
Atentamente, LA REDACCION